Las Clásicas

Historia

Las clásicas son competiciones en ruta que se celebran en una jornada, a una sola etapa.

Entre las más célebres están la Milán-San Remo”, que es la primera carrera del calendario, con 280 km; la “Vuelta a Flandes”; la “Paris-Roubaix”, organizada por primera vez en 1896; el “Giro de Lombardía”, que se inició en 1905 y, por último, la “Lieja-Bastogne-Lieja”, con origen en 1890.

El “Campeonato del Mundo” era también una carrera de una sola etapa, hasta que en 1994 se le añadió una prueba contrarreloj.

Cómo jugar

El número de casillas de cada etapa depende de las preferencias de los jugadores, mínimo 60 y máximo lo que se quiera (se puede alargar el circuito añadiendo al final rectas o curvas del inicio, que ya no se necesitan, o bien utilizando un circuito cerrado que se recorre dos veces).

En “Llegada” (página 14 de las instrucciones) se explica cómo ordenar los ciclistas a medida que acaban la etapa para establecer el orden de llegada. En este tipo de carreras basta con tener a los tres primeros clasificados, pero para ello tienen que hacer su jugada todos los ciclistas que estén en condiciones de traspasar la meta en la misma ronda. El ganador no es el ciclista que cruza la meta en primer lugar, sino el que más lejos llega de todos los que cruzan la meta en la misma ronda de juego. Ver más.

En las Clásicas, carreras de una etapa, lo importante es el podio. Y la estrategia suele ser que dos corredores de cada equipo busquen ir a rueda para ganar bonos para el ciclista mejor situado, su líder. Aunque los puestos van cambiando inesperadamente y no siempre hay un líder claro.